La meta 4.7 y la formación permanente del profesorado
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La Meta 4.7
La educación tiene un papel fundamental para contribuir a la formación y desarrollo de las personas a lo largo de su vida, especialmente de la niñez y la juventud. Pero, si su papel es tan relevante ¿qué características debería tener? En el marco de la Agenda 2030, este ideal de formación se encuentra en el ODS 4 “Educación de Calidad” el cual respalda la educación inclusiva, equitativa y de calidad. Una de las metas incluidas en este objetivo es la Meta 4.7, que identifica la Educación para el Desarrollo Sostenible y la Ciudadanía Global como un elemento imprescindible para la consecución de dicho objetivo.
El marco conceptual de la EPDSCG es amplio y complejo, pero ello no significa que no tengamos dos conceptos en mente:
La Meta 4.7 cuenta con tres referentes normativos que respaldan tanto su incorporación como su medición:
- Recomendación sobre la Educación para la Paz y los Derechos Humanos, la Comprensión Internacional, la Cooperación, las Libertades Fundamentales, la Ciudadanía Mundial y el Desarrollo Sostenible (Recomendación original de 1974 y recientemente modificada, 2023, para responder a las necesidades del contexto local).
- Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, de Educación LOMLOE.
- Ley 1/2023, de 20 de febrero, de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global.
La Formación Permanente al Profesorado
En un contexto con grandes retos como el actual, ¿cuál es el aporte de las personas educadoras en la construcción de la ciudadanía global? Es innegable su rol nuclear. De hecho, el profesorado y las personas educadoras son consideradas como la variable más influyente en el sistema educativo para lograr los resultados de aprendizaje deseados.
Para que el profesorado pueda promover una educación transformadora debe contar con los medios necesarios, y la formación es una de las principales herramientas para el desarrollo de sus competencias. Al respecto, podemos concluir:
- Si bien, el profesorado cuenta con una amplia oferta formativa en diferentes temáticas y metodologías desde el ámbito estatal (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación – INTEF), autonómico (Consejerías de Educación, Centros de Formación y Recursos del Profesorado) y local (Centros educativos), en el ámbito de la EPDSCG se requiere una mayor articulación y concreción como línea temática.
- Aún cuando las formaciones cuentan con diversas modalidades de impartición presencial, online o mixta (cursos, seminarios, congresos, grupos de trabajo o proyectos de formación en centros) la formación online ocupa cada vez más un lugar central. Si bien, sus beneficios pueden ser evidentes es relevante mantener una apuesta por el componente práctico educativo y de continuidad para la consolidación de procesos de mayor aliento en el aula (proyectos en el aula, intercambios, comunidades de aprendizaje, trabajo zonal e intercentro).
- La construcción de los planes de formación del profesorado a nivel de los centros educativos son un espacio propicio para el fortalecimiento de las competencias docentes: identificación de intereses y necesidades formativas, trabajo cooperativo, participación de la comunidad educativa.
- Alrededor de los centros educativos convergen diferentes agentes con propuestas educativas para incorporar la EPDSCG en el aula; por lo cual se hace relevante el establecimiento de canales de diálogo que permitan una mayor articulación y la posibilidad de actuar como entidades colaboradoras.
- Existe una relación directa entre los intereses y elecciones formativas y el compromiso ciudadano de la persona educadora en su práctica educativa. Por ende, una persona que cree en la importancia de la EPDSCG tiene una mayor probabilidad de contar con los conocimientos y herramientas necesarias para su incorporación en el aula.